Se ilumina
una nueva escena en el salón burdeos.
Dos bajitos ojos miel
se camuflan entre las nubes
del cielo de abril.
Si el sol se atreve,
destapa en ellos un verde silvestre.
Pero cuando el suelo se llena de otoño
y el saxo suena siguiendo el sí bemol,
se les puede ver llorando
canciones entre las manos
y en su garganta azul
el blues.
Así el verde es desespero,
sufriendo la triste conquista
de un lunes nublado y azul.
No hay comentarios:
Publicar un comentario