¡Feliz miércoles!
Hoy traigo un poema que escribí tras cursar este año la asignatura "Góngora. El canon Culto" en el Máster de Estudios Hispánicos Superiores de la Universidad de Sevilla. Francisco Javier Escobar Borrego fue el Doctor encargado de impartirla, con tanto amor y sabiduría sobre el poeta más complejo de nuestras letras áureas que hizo que el poeta cordobés por excelencia nos poseyera con sus lienzos de Flandes o miniaturas, su retórica visual y su capacidad para transmitir la ausencia de lo presente.
Cercado es cuanto más capaz, más lleno,
de la fruta, el zurrón, casi abortada
que el tardo otoño deja al blando seno
de la piadosa hierba encomendada.
(GÓNGÓRA, Fábula de Polifemo y Galatea)
Es por ello por lo que en esta ocasión, mi obsesión fue el silencio, ausencia de sonidos; y aquí va mi homenaje.
PROGRESO SALVAJE
I
En los vacíos del
vertiginoso
ritmo del
ventilador,
el tapiz cotidiano
y el silencio.
II
Ancestral rumor
deshojado en ciegas calaveras;
blanco fondo
sobre irisados hilos.
Distinta sombra.
III
Más adentro de los árboles
grita hueca la materia.
IV
«Pan»
Lo mejor de este poema es que me llevó a ser una de las cinco maravillosas finalistas de Ucopoética 2016, (entre nosotras, la generación ventilador, pues nos exigían introducir en un poema esta palabra), a conocer al grandísimo poeta cordobés Javier Fernández, autor del XXIII Premio Ricardo Molina, Canal, y su esposa Ana Ramos. Fue una experiencia inolvidable. ¡Gracias Góngora!
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