miércoles, 22 de junio de 2016

Catarsis gongorina

¡Feliz miércoles!

Hoy traigo un poema que escribí tras cursar este año la asignatura "Góngora. El canon Culto" en el Máster de Estudios Hispánicos Superiores de la Universidad de Sevilla. Francisco Javier Escobar Borrego fue el Doctor encargado de impartirla, con tanto amor y sabiduría sobre el poeta más complejo de nuestras letras áureas que hizo que el poeta cordobés por excelencia nos poseyera con sus lienzos de Flandes o miniaturas, su retórica visual y su capacidad para transmitir la ausencia de lo presente. 
Cercado es cuanto más capaz, más lleno, 
de la fruta, el zurrón, casi abortada
que el tardo otoño deja al blando seno
de la piadosa hierba encomendada.

(GÓNGÓRA, Fábula de Polifemo y Galatea)

Es por ello por lo que en esta ocasión, mi obsesión fue el silencio, ausencia de sonidos; y aquí va mi homenaje.


           PROGRESO SALVAJE


                           I

               En los vacíos del

                                         vertiginoso

ritmo del

                    ventilador,

               el tapiz cotidiano



   y el silencio.



II

Ancestral rumor

deshojado en ciegas calaveras;

blanco fondo

sobre irisados hilos.

Distinta sombra.



III

Más adentro de los árboles

grita hueca la materia.



IV

«Pan»


Lo mejor de este poema es que me llevó a ser una de las cinco maravillosas finalistas de Ucopoética 2016, (entre nosotras, la generación ventilador, pues nos exigían introducir en un poema esta palabra), a conocer al grandísimo poeta cordobés Javier Fernández, autor del XXIII Premio Ricardo Molina, Canal, y su esposa Ana Ramos. Fue una experiencia inolvidable. ¡Gracias Góngora!

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